miércoles, 28 de mayo de 2014

Yo Vi Jugar Al Cuau

Cuando tenga a mis chavos, podré decirles que en mi juventud -que aún no termina-, pude ver a los mejores  deportistas del mundo. Esos héroes que en actividades que uno de plano no puede hacer, hacían lo imposible. Pude ver en plenitud a don Michael Jordan, a Joe Montana. Pude ver al gran Julio César Chávez en un ring -y que le robaran una clara victoria-, y a Hugo Sánchez traer como calzón de piut a todas las defensas españolas -incluída por supuesto, a la del Farsa-. Algunos en vivo y otros a través de la magia de la televisión, los ídolos deportivos siempre tendrán un lugar importante en la mente de las personas a las que hicieron gozar, gritar, incluso llorar con sus gestas.

Caso aparte y sin comparar con los arriba mencionados, es el del caballero que hoy se despide como por novena ocasión del Tri. Ese ídolo de masas denominado Cuauhtémoc Blanco Bravo, creador de la Cuauhtemiña y prócer del festejo burlón en todas sus facetas. No ganó todos y cada uno de los torneos en que participó, tuvo un paso fugaz por la Liga de España, pero sin duda, tenía una capacidad especial para convertirse en salvador de un equipo poco afortunado. Con la elástica del América era odiado, un madarfacka, un "pinche naco", "un jorobado asqueroso" para los que no alientan al referido club. Cosa aparte cuando jugaba con el Tri, pues de enemigo público número 2 -el número uno siempre será Salinas- pasaba a ser el héroe de la película, el chulo, "Mi Cuau" como lo llamara Javier Aguirre. Cuauhtémoc podía ser insoportable para todos, pero con la Selección era diferente. Los amigos del norte le dirían el "go-to guy", el que resolvía las situaciones más difíciles, el que se echaba el equipo al hombro. Este video, del 10 de octubre de 2009, no deja lugar a dudas de como cambiaba el sentir hacia el "Temo" cuando vestía de verde.



Yo vi jugar al Cuau, lo vi hacer dos Cuauhtemiñas en pleno Mundial contra Corea del Sur. Lo vi anotar un gol imposible contra Bélgica. Igualmente lo pude observar coronándose en una Copa Confederaciones mientras bailaba un jarabe tapatío. Vi como le tronaron la rodilla en plena eliminatoria, cortesía de un carnicero de Trinidad y Tobago. Casi un año después, me fui de mojado a Jamaica para verlo levantar al equipo del "Vasco" Aguirre en la primer eliminatoria -de varias- en que no merecíamos pasar al mundial. Grité a más no poder su gol a Croacia y el pase como con la mano a Borgetti , y después vi como era cepillado por Ricardo La Volpe del que habría sido su tercer mundial consecutivo, argumentando el che entrenador que "no encajaba en su sistema". Después de llegar en vivo a un entrenamiento -dicen- le hicieron un homenaje (de cuatro minutos) en Chiapas, y desparramando lonja se iba en hombros jurando no volver.

Todavía no Cuau, te faltaba un rato para el adiós.

Un año después, la banda le pidió regresar con Aguirre. Lo vi rompiéndose la mother contra Estados Unidos, anotando a hondureños y salvadoreños para sellar el pase a Sudáfrica. También pude ver, emocionado, el momento en que marcó el segundo contra Francia en el Mundial, que casi ocasiona que me fuera al Ángel. Lo vi despedirse de la tierra de Mandela con una derrota ante Argentina, pero eso si, recordándole la mamá a Martín Palermo. Lo he visto jugar en la Liga de Ascenso y me dicen que hasta de actor de novelas -les diría en cuál, pero no veo ninguna desde hace muchos años-, y hoy, espero, haya sido el adiós a la camiseta nacional, esa que permitía se convirtiera en héroe de todos, cuando para la mayoría era un villano.

Hasta siempre Cuau, gracias por esa alegría al jugar, por esos goles en momentos clave. Por levantarte con la rodilla hecha caca y llevarnos a Corea. Algún dia le diré a mis hijos que tuve el honor de verte jugar, de entrevistarte, de verte en una cancha. Sobre todo, nunca olvidaré aquel 2 de septiembre en Kingston, el día que tu leyenda se hizo inalcanzable. En palabras de Javier Aguirre y dejando el recuerdo de aquel juego en Jamaica, cerramos este post.

"Blanco es gente que tiene ese duende, ese don que le agrada al mexicano, y que pase lo que pase y haga lo que haga, ese es mi 'Cuau'. Aunque sea un pedote y aunque sea lo que sea, ese es nuestro 'Cuau'". Nada que agregar.




viernes, 23 de mayo de 2014

Carta a Mancera

George Clooney, región 4

Mi nada querido y evidentemente nunca bien ponderado Jefe de Gobierno:

Desde que tomaste el mando de esta ciudad en sustitución del Carnal Marcelo, he de decirte que siento que te ha quedado ENORME el puesto. Me pareces un tipo gris, incapaz de ser líder, medroso y sin una pizca de fuerza testicular. Cada vez que la cagas me alegro más de no haber votado por tí, y el día de hoy te escribo nada más por el gusto de comentarte cuatro o cinco detallitos que merecen ser mencionados antes de que se pase más tiempo. Yo sé que muy probablemente te pases esta carta por donde te hacen remolino los pelitos del patas de bola, pero ni modo, es lo que hay.

La tenencia: Que ganas de tzingar al prójimo, me cae. Ya la había quitado el citado carnal Marcelo -al cuál sigo extrañando por su tenemossismo-, y ahí vienes a bajarle la cantidad al subsidio. Si usaran esa lana para mejorar la ciudad y "decidir juntos" como pides en tu publicidad oficial, hasta con gusto la paga uno, pero como la ciudad es un cagadero, la verdad da coraje hacerlo. No queda más que pagarla, porque si no al rato que queramos verificar la nave no nos dejan. Ese fue la primer mancha que le encontré a tu administración.

Las obras inconclusas: Cierto es que dejarlas sin acabar fue culpa de don Marjelo, pero era tu responsabilidad terminarlas. Cuando tomaste posesión, declaraste que máximo en seis meses terminarían la obra del segundo piso que lleva a la carretera a Cuernavaca, por ejemplo. Llevas ya más de año y medio administrando la ciudad y la obra sigue igual. ¿Qué hubo? ¿Te sientes en la película "Inception" y para ti apenas van tres meses en algún nivel del sueño? ¿Es acaso Joel Ortega el que sueña y por eso tu sigues tragando camote? No conforme, ya anunciaste más obras en otro lugar de la ciudad. Como cuates, arregla primero lo que falta y después desmadras el resto. ¡NO Me AMES!



Los maestros: Con esto si te la mega bañaste. Dejaste que maestros de Oaxaca vinieran a hacer su desmadre a distintos puntos de la ciudad, bajo el argumento de que "no podías interferir con el derecho a manifestarse de las personas". El problema fue, que la falta de "tamaños" que mostraste obligó al gobierno federal a meter en cintura a estos changos, y tu dejaste que fueran ellos los que se vieran como hojaldras para no manchar tu imagen rumbo a una posible candidatura para el 2018. Si no puedes con el paquete del D.F., ¿Quieres de verdad romperle la madre a toda la nación? Ojalá, la neta, no te dejen.

Tus "soluciones" : Siendo este el punto culminante de por qué decidí escribirte esta carta -y recordarte que estamos para pedirte cuentas de toda la sarta de cosas que te faltan por hacer- procedo a explicar por que la ira contra tu persona. Hace más de un año, en enero de 2013, se volaron la tapa de una coladera que se encuentra justo enfrente de la nave industrial donde laboramos. Al ocasionar un desmadre ese agujero en el camino (debido a que tenemos por vecinos a los siempre decentes conductores de camiones de Bonafont), procedimos a solicitar que vinieran a ponerla nuevamente. Al no obtener respuesta y ver que se hacían igual de pendejos que jugadores del Cruz Azul en final de Liga, recurrí a Twitter -como hizo doña Laura Zapata, alguien que SI fue ayudada- y te comenté la situación. Jugando a Dios padre, te hiciste güey como era de suponerse. El colmo llegó con la temporada de lluvias DEL AÑO PASADO, cuando la coladera se llenó y aventaba borbotones de agua puerca. Nadie daba respuesta, y hoy, después de casi AÑO Y MEDIO con la alcantarilla en esas condiciones, por fin se dignaron a poner la tapa. Qué bueno que no se trataba de un asalto, de un herido, de un policía linchado -que en zonas como Iztapalacra casi no se dan- , porque de otra forma, habrías tenido que salir a dar explicaciones tan cuerdas como las que ya nos has regalado.

Después de ventilar estos detallitos, creo que mejor te dejo descansar. Seguro has de estar bien ocupado tratando de elevar tu nivel de popularidad -el peor desde que el PRD secuestró a la ciudad-, resolviendo el caso Heaven -para el cual, otra vez, te está echando la mano el gobierno federal-, por dar un nuevo deadline para determinar que carajos pasó en la Línea 12 del metro, o negando que los sismos son de una intensidad mayor y que no ha pasado nada (mientras tanto, se caen bardas y los edificios chocan unos contra otros). Sin olvidar, por supuesto, que tu heroico puerco policial (vestido de amarillo) se ponga a armar un desmadre por jugar con los altos, ocasionando caos vial y permitiendo que los ratas anden asaltando a punta de arma de fuego, como nos sucedió a nosotros.

Nos vemos por ahí de julio de 2015, cuando te dignes a responder, o cuando acaben tus clases de yoga.


¿Bromas?



jueves, 22 de mayo de 2014

Siete años

Siete ya..como los pecados

No, ahora no vamos a hablar del Panini o de algo que coleccione. El pasado día 19, en conmemoración del afamado "Dia del Mercadólogo", me puse a reparar en una situación no ajena al tiempo: Han pasado siete años ya desde que me gradué.

¡MADRES! Fue lo primero que pensé. Después me vinieron a la mente los compas y damas con los que me gradué -porque con los que iniciamos básicamente acabaron ANTES-, a cuántos veo aún, si se han casado, si salieron del clóset, si antes le iban al América y ahora son Pumas desde la cuna, y aquellos que su vida, sus publicaciones y sus tweets me importan tres hectáreas de v...digo, de chistorra. ¡Cómo pasa el tiempo, me cae!

Una vez que me acabé a todos los que salieron conmigo de esa chulada de escuela denominada Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey, Campus Ciudad de México (deberían haberme dado puntos extra por gastar tanta chingada tinta en poner nada más el nombre DE LA ESCUELA, carajo!), creo que es momento de hacer un breve recuento de qué carajos sucedió conmigo en estos ya siete años.

Personalmente, mis relaciones con gente que tengo alrededor han mejorado. Mis compas son auténticos, nadie está por compromiso u obligación -y si lo están, pobrecitos, nadie se los está pidiendo- y sobre todo, hemos aprendido algo de cada uno. Ya más en corto, varias personalidades han tenido el infortunio de andar con un tipo no precisamente cuerdo, pero de buenas intenciones. A todas les agradezco el empeño, y más a la que en este momento ocupa mis pensamientos, eres una santa, me cae.

En cuestión laboral no me quejo. Casi saliendo encontré trabajo en algo que no tiene un carajo que ver con mi licenciatura, pero me apasionaba -y siendo sinceros, aún es así-. Un año sabático siguió a la salida de esa H. Institución, para después enrolarme en algo más parecido a lo que estudié. Fueron seis meses de mucho aprendizaje, que finalizaron con mi salida e inmediata contratación como coordinador de merca. Un año más trabajando, para finalmente llegar al lugar donde me encuentro. No me quejo en absoluto, es más, agradezco a todas estas empresas la oportunidad de aprender, aún cuando no haya finalizado de la mejor manera mi vínculo laboral con ellos. Hay que ser agradecido y no tirarle cagada a la mano que alguna vez te dio de comer. Si, en algún momento lo hice, y hoy rectifico esa postura.

Dos sobrinos, familia unida, con posesiones que deseé durante años. Tal vez sea la nostalgia del día o la necesidad de reactivar el blog, pero era algo que no podía dejar pasar. Hay que agradecer que seguimos acá para contar esta historia.