lunes, 31 de agosto de 2015

Voy a reír, voy a bloggear

Mi genteeeee!
Si, ya sé que normalmente reseñamos conciertos de bandas de rock en este espacio, pero este era un gusto culposo que tenía que cumplir, y ya que desde el año pasado lo traía atorado, circunstancias del destino me llevaron a adquirir boletos.

No voy a entrar en demasiado detalle, porque al fin y al cabo la lista de rolas la pueden encontrar en cualquier reseña, solo me atendré a ciertos puntos en particular. El primer concierto de este tipo de música -sin contar a los cumbiancheros Ángeles Azules-, el Auditorio, los tragos...todo se conjugó. Estar presente además para escuchar una canción que ha significado mucho, y todavía lo hace, de verdad hizo que todo fuera válido.

Fue como aquella vez que se me salieron las de cocodrilo en "Where the streets have no name" en 2011, o con "Human" en 2013. Como sentir que la piel se me ponía de gallina escuchando "New York, New York" en el Yankee Stadium. Si, como subir el Arco del Triunfo y voltear hacia abajo en 2003, o completar mi primer medio maratón venciéndome a mi mismo.

Igual muy trivial, igual muy profundo, pero me vale un cacahuate. Son cosas que deseaba hacer, y he tenido la oportunidad de hacerlas. Son, como dicen por ahí, cosas que uno puede hacer para morir en paz, estar a gusto con uno mismo.

¿Podría haber durado más? Tal vez, pero el after lo compensó. ¿Faltaron canciones? Si, pero había que estar ahí. Literal, como el título de la primer canción que anexo..."Valió la pena". ¿Esa era la canción que quería escuchar? Nah, esa es la segunda aquí presente.

Los dejo por un rato, pensando en que otro gusto me queda cumplir...