jueves, 30 de junio de 2016

182 Días

"I'm only burning my half..."
Ya pasó la mitad del año -bueno, en unos minutos- y hay que hacer un breve corte de caja. ¿Cómo van los propósitos de Año Nuevo? ¿Siguen en el gym o ya se resignaron a ser un sensual tamalito?

Ese, como otros más, fueron propósitos que no he cumplido. Hay otros temas que me mantienen motivado -el trabajo, uno de ellos- y las ganas de querer marcar diferencia no se van. Es más, creo que después de un semestre pasado con enfermedades, demasiado trabajo, poca vida social y cinco o seis malas decisiones, el segundo semestre del año deberá traer mejores cosas que recordar durante el corte de caja decembrino. Es más, tal vez sea la mejor manera de decir adiós a este sensual y bello espacio.

Por ello, y aprovechando que en el blog pasado no dejamos canción, me permito dejar un par de rolitas. La primera, una canción que no me he podido sacar de la cabeza, que habla de lo que viene, de lo que buscamos y queremos. Tal vez no tenga nada que ver conmigo, pero el mensaje motiva para estos próximos seis meses.



La segunda, un poco más antigua, es una petición. Es una petición al 2016. Ya estuvo bueno de ciertos detalles...permite que las cosas fluyan, y ojalá todos esos proyectos que traigo se puedan realizar. En pocas palabras...




martes, 28 de junio de 2016

Adiós Veraniego

Como cuando llegas con la de los tamales y te dice "Ya no hay de mole..."

Primero, déjenme decirles que no soy, ni de lejos, seguidor ferviente de Lionel Messi. Independientemente del equipo para el cual juega, hay distintas situaciones en su forma de ser/actuar que no van conmigo, pero lo que declaró al perder su tercer final consecutiva en un torneo importante, me invita a hacer una breve reflexión al respecto.

Ser aficionado al Real Madrid en una época en la que "La Pulga" juega para el odiado rival no es sencillo. Y no lo es porque han salido una serie de aficionados al conjunto blaugrana que se llenan las fauces gritando "Visca el Barca" en el mejor catalán que sus padres mexicanos pudieron enseñarles. Además, ha ganado todo lo ganable, y muchas veces deja en segundo lugar a mi equipo. Nada más por ello, y por la inmensa exposición a la que estamos sujetos con su figura, me es imposible tener un sentimiento positivo para con él. Pero eso no me ciega a reconocer que es un muy buen jugador, sea o no el mejor del mundo (que no es el punto).

Jugadores como él faltan, no hay muchos. La calidad, el drible, su manera de hacer goles no es algo sencillo de obtener, en un planeta que necesita algo de qué hablar que no sean tragedias. Lo admito, verlo jugar -siempre y cuando no sea contra el Madrid, contra México, contra mi amado y sensual América o contra el Inter- me dibuja una sonrisa, pues se ve que disfruta el juego, aún cuando tiene actitudes de excesivo protagonismo (mucho más del que se acusa, por ejemplo,  a Cristiano Ronaldo). y cuando se digna a poner entrenadores tanto en la selección como en el Barcelona -que dicho sea de paso, no le han generado gran cosa-.

El hecho de que se retire -momentáneamente, ya verán- de la selección argentina es, sin ponernos sentimentales al respecto, un fuerte golpe para el deporte en el que se desempeña. Le hace falta descansar de tanto cabrón que lo jode en su país y más allá de las fronteras argentinas, y el hecho de que amenace con no jugar un Mundial pone a temblar a varios.

Hoy los mismos que lo jodían por no cantar el himno argentino le piden que vuelva, mientras su federación sigue haciéndose bolas e incrementando las razones para que este goei no juegue. El fútbol necesita a uno de sus máximos exponentes en el Mundial, y estoy seguro que así será, pero creo que esta ausencia le servirá a aquellos que lo joden -o jodemos- para valorar lo que hace en la cancha.

No, no es mi favorito y detesto a los fanboys que alaban hasta las veces que va al baño, pero que se le va a extrañar en un duelo internacional, eso es un hecho.