lunes, 30 de septiembre de 2013

Malinche

Apoyando al extranjero, tradición mexicana desde
tiempo inmemorial...


Antes de empezar, reconozco la influencia de lo externo en mi vida. Utilizo sin recato la tecnología, ropa y accesorios móviles que llegan a mis manos de otros lados del planeta para subsistir en la jungla asfáltica en que vivo. Viví fuera de este país un tiempo -que no es lo mismo a vivir en la luna, donde de repente pernocto-, viajo constantemente a otros lugares de este mundo, aun cuando eso signifique no conocer lugares como Cancún, y sí, mi apodo más conocido es un título nobiliario inglés. Hago estas pertinentes aclaraciones antes de que me digan "¿Y tú con qué huevos juzgas?" Pues con esos mismos.

Hoy la crítica va para esta sociedad en que vivimos. Va para todos aquellos que critican todo lo que viene de México, porque en su escala de valores, siempre seremos inferiores al resto, siempre vamos a estar atrás, dependiendo de la suerte, de sobornar a alguien, de lo que "alguien", por la razón que sea, nos quiere hacer creer. Hoy va la crítica para todos aquellos que no se quedaron a vivir en este país porque no la armaron, pero eso si, les encanta criticar todo lo que ven aquí desde la comodidad de sus casas en el extranjero y para todos aquellos que viven acá y de todos modos han de rebajar los logros de la gente solamente porque el producto es mexicano.

El detonante de esta crítica es sencilla: una película mexicana. Este filme, denominada "No se Aceptan Devoluciones", generó dinero a madres en Estados Unidos, algunos críticos la alaban -otros no- , y aquí en México, por el motivo que sea, ya rompió récords en taquilla. Siendo que acarrear harta gente al cine no es sinónimo de calidad -porque hay bodrios como Titanic o Avatar que no tienen un carajo de guión y son las más taquilleras de la historia- , la historia me parece que cumple, y particularmente toca fibras sensibles para algunos espectadores, que pasan de reírse con Sammy a llorar por la relación padre-hijo-nieta mostrada en la misma. A lo mejor no es un dechado de virtudes, pero la película cumple. No es cine de arte ni mucho menos, pero me parece un muy buen entretenimiento y la verdad, bien realizada, se ve que no la hicieron en 6 días.

El problema radica, como siempre, en que la opinión de los que critican la película se basa en compararla con otras del mismo "género", en encasillar el producto como un "invento de Televisa para apendejar a la masa" o una "cortina de humo" -frase tan lamentable como el ya puteado "Me Dueles, México"- para cualquier fin que tengan los implicados. El inconveniente se presenta cuando por menospreciar el producto que al momento promueve el otrora comediante estelar de la mencionada empresa, se exagera al grado de comparar a Derbez con Woody Allen y otra sarta de barbaridades. El pedo, vaya, es que como Derbez es identificado como "hijo de Televisa", ya cualquier cosa que haga es una porquería. Esto, aunque no lo crean, me parece un fiel reflejo de nuestra sociedad.

¿Cuántas veces hemos ido a un cine a ver cantidad de bodrios por los simples nombres que vemos en la cartelera? ¿A poco la crítica es igual a Robert De Niro por las porquerías que ha hecho últimamente? ¿Cuántas veces no hemos ido a ver películas de Adam Sandler o Ben Stiller saliendo de bufones en roles sin sentido, con el único afán de reírnos? ¿A poco no muchos se dieron vuelo criticando "Nosotros Los Nobles", por ser "una película insulsa y de un junior que estaba jugando a hacer cine", pero ahora ya la ponen como "es mucho mejor que la de Derbez?" ¿Pues a qué chingaos jugamos?

Bien lo decía don Hugo Sánchez: "México como país es una cubeta de cangrejos". El, que probó las mieles del éxito, algo sabrá del tema. De mamón y ególatra no lo bajan, y he de decir que la neta las veces que lo vi, amablemente posó para la foto y me regaló una postal autografiada, realizando esa acción con todos aquellos que le pedían amablemente lo mismo.

¿Refleja la forma de pensar del mexicano? Por supuesto. Reconocemos más lo que viene de fuera que lo que tenemos acá. No estamos de acuerdo con las instituciones ni con las formas de hacerlo, pero cuando nos piden soluciones nos quedamos cruzados de brazos esperando a que nos caigan del cielo o peor aún, que lo haga alguien más. El éxito del vecino nos da coraje ("Ve nada más el carrazo que trae ese pendejo"), pero eso si, nos da gusto que un argentino sea reconocido como el mejor del mundo en fútbol cuando el pinche enano se porta como el patán que es cada que viene a robar a México con su gira de "amigos".

Esa es la mentalidad del mexicano. Al parecer, después de 492 años de ser conquistados por los españoles, seguimos comprando espejos.



martes, 24 de septiembre de 2013

Indecisión

Basado en historias verídicas...

Escribo esto en un estado de ardor. Ardor por mi gente, por mi mismo, por el entorno y por cosas que han sucedido últimamente. Esta pequeña entrada se la quiero dedicar a todas esas amigas mujeres, dueñas de nuestras quincenas o soñadoras eternas de que van a encontrar a su príncipe encantador. Hoy les escribo desde el fondo de mi corazón para decirles que se me vayan derechito a freír espárragos, que se me vayan a la burger, al averno. No las mando a cierto pueblo en Tabasco porque eso ya sería demasiado.

Su príncipe encantador...si, con todo y fleco gay

¿Por qué las estoy mandando hasta por allá? Porque la neta, estoy un poco hasta la madre de su chingada indecisión. Me tiene hasta el copete -de hueso, aclarando-, que un día sean una luz en nuestro camino, almas buenas que han venido a salvarnos, y en menos de 24 horas -incluso segundos- se conviertan en uno de los cuatro jinetes del Apocalípsis.

Esto viene a colacíón por dos motivos . Uno, la historia de un elemento al cual en cuestión de tres días pasaron de quererlo y gobernarlo a ya no poder soportar la idea de tirarle un pedo en la cara. Acto seguido, se tira al vicio -bueno, ya estaba tirado desde antes- y la dama sigue sin aparecer, aunque vía redes sociales se empieza a hacer la víctima. Chingá, ¿Qué la decisión de cortar de tajo esa incipiente relación no fue de ella? ¿Qué pinche necesidad de decir va? ¿Por qué abrirle al agua caliente si no se iban a bañar? Vaya mi apoyo para el protagonista...seguramente a la señorita en cuestión le ha de caer una maldición oriental o de menos una chusma le ha de rayar su nave (en Iztapalapa, de preferencia).

Otra. La dama, después de mucho sufrir por un chango que la trataba con la punta del zapato, tiene novio. Todo va muy bien, pero por algún extraño motivo, sigue teniendo contacto con su ex novio-el chango que la trataba con la punta del zapato- al cual todavía quiere, adora, y le festeja más que muchos de su familia todos sus logros y llora sus fracasos. El pregunta si en lugar de hacerse mensos regresan...ella dice no. ¡CARAJO! Ya lo dijo el poeta conocido como Juan Ga "¿Pero qué necesidad?" Digo, si tan pinche a gusto está por otro lado, ¿qué ganas de andar moviendo sentimientos en el otro frente?

Como estas...miles de historias. Es por eso que en beneficio de mi especie, de mi género -descontando a los que siguen el camino de su arcoiris y por los cuales no pueden decir que "todos los hombres son iguales"- les hago la siguiente y atenta invitación:

Señoritas, señoras mías. Las amo, me cae que esas caderas que mueven in mysterious ways nos hacen enloquecer...pero de cuates, bájenle a su pinche indecisión carajo!!!! Dejen que lo único que nos hipnotice sean sus caderas y no sus pensamientos. Por el bien de la humanidad y de la conservación de la especie...Amén.

PD. Nada más porque recordé que el movimiento de esta dama hipnotizó a The Edge, les dejo el video de la rola...




miércoles, 11 de septiembre de 2013

Siete Décadas

Toda la vida me he jactado de mi educación. Gracias a mis señores padres, que aguantaron vara y a pesar de mis constantes desaciertos -disciplinarios y académicos-, pude entrar a escuelas de nivel académico importante. La primera me dejó buenos recuerdos, pero en la segunda, pasé casi un tercio de mi vida al momento. 

El Tec de Monterrey, distinguida institución educativa, ha formado generaciones ampliamente reconocidas por su talento en distintos ramos. Particularmente, me permitió conocer personas que se cimentaron en mi vida como indispensables, que ayudaron a formar mi criterio, creencias, y sobre todo, tolerar distintas formas de expresión. 

Me tocó migrar de Lotus Notes a Blackboard, la feria de la Hamburguesa, conocer lo que era una desvelada por estudiar para un examen en el cual tenía que sacar 100, aprovecharme de los nerds que preferían hacer los trabajos en equipo ellos solos, participar en PAA -y vivir para contarlo- festejar mi examen de última materia en prepa con mi mejor amigo como si hubiéramos anotado el gol del título, jugar en el ajedrez tamaño turbo, empezar a laborar fuera de la empresa familiar, perder amigos y ganar otros más, en fin. Cosas que jamás olvidaré y que finalizaron el día 22 de mayo de 2007, día en que por fin me gradué. Nadie se alegra más que yo de ver que la escuela es reconocida por todos lados, aunque nunca falta el pinche intenso que habla del Poli y de la UNAM, cosa que respeto ampliamente. Es su opinión, yo la neta soy fan de mi alma máter.

Hoy que cumple 70 años, a algún brillante se le ocurrió festejar haciendo una canción. Nada mal, pero creo que la idea se les fue un poco de las manos. El video, por el cual escribo esto, es una auténtica mentada de madre. Es una patada en los huevos del buen gusto y un insulto para el 90% de sus egresados. Eso de pintar a la institución como un pedo Glee/High School Musical/Cachun Cachun Ra-Ra es de plano vomitivo. La letra es ÑOÑA A MADRES, parece que la escribió el compositor de cabecera de Magneto o peor aún...Arjona.

Vaya pues, de parte de todos los que sentimos pena, urticaria, asco, o simplemente la sensación de gritar un sonoro CHALE, una sentida mentada de madre a Eduardo Gómez Guzmán -autor de la canción- y a Víctor Ochoa Peña, intérprete de la misma. 

Mentadas, ya saben donde...