Bye bye... |
Sin duda siempre es doloroso despedirse de los cuates. Haciendo una comparación, salir con elegancia de un proyecto que me dio de comer durante algunos años no fue posible, y en esta ocasión, por el puro gusto, salimos mucho mejor librados. Les cuento veloz porque no hay que aburrir.
Durante poco más de diez meses participamos en un grupo de estaciones de radio por internet. Un par de proyectos, uno deportivo y el otro digamos misceláneo, fueron el pretexto para solicitar apoyo a los amigos y generar rating. Con todo y que es un tanto complicado hacerlo por el mercado meta, logramos colocarnos como uno de los programas más escuchados de la estación, y de cierta manera nos ganamos el reconocimiento de los que nos ayudaban a realizar el programa, nos hicimos de fans dentro y fuera de la estación, además de hacer ruido en los dirigentes de la emisora, mismos que nos ofrecieron un nuevo proyecto en el hermano mayor, el que tiene más presupuesto y más difusión. De mayo a octubre del año anterior estuvimos explorando "El lado grueso del deporte", y la parte interesante, aunque final, vendría a partir de noviembre.
Con mayor difusión y hablando de un tema que me gusta pero no domino, empezamos el segundo proyecto. Todo iba bastante bien, a pesar de no tener la producción prometida y tampoco la difusión necesaria. Le metimos ganas al asunto y realizamos una buena labor, el tiempo que le dedicábamos a hacer la escaleta del programa, investigación y demás se veía reflejado en el gusto de los que nos veían y ayudaban. Igualmente, las entrevistas llegaban y nunca tuvimos problema para realizarlas, a pesar de tratarse -en su mayoría- de bandas desconocidas. Vaya, estábamos contentos y eso se notaba.
Empezando el año, todo cambió. Por compromisos laborales -donde si pagaban considerablemente-, por enfermedades de la garganta (estúpido bicho) y otros detalles, el programa no tuvo la misma fuerza. Si hubo alineación completa en tres emisiones, fueron muchos. El momento más bajo fue un día jueves, en que nos aventaron al ruedo con dos entrevistas, una de ellas patética por la calidad humana de los invitados. Unos días después, el reclamar seriedad para programar a los entrevistados generó la ausencia de programa y la ocasión de replantear si en verdad valdría la pena seguir. Distintos proyectos alternos empezaron a surgir, y hoy, después de una semana de ausencia por motivos laborales, hemos decidido finalizar el proyecto.
Sin duda, nada habría sido posible sin la gente que confió en nosotros, en los que nos apoyaron, y en los que nos siguieron. Al operador titular de los programas, don Baddiux, toda la buena vibra y las gracias por la producción, por el tiempo, por descolgarse de conocido pueblo colindante con la chin...ada para llegar al sur y escucharnos decir idioteces. A Carlitos, que combinaba la escuela con el rock nuestro de cada lunes a jueves cuando era requerido, y por el distinguido apoyo cuando faltaba el titular. Al patiño de los programas, creador de sentidas frases como "no mames, no avisan" y poseedor del récord al chivo más prolongado en cabina, y a la representante legal y deportiva de Baddiux. Igualmente, a los fans agradecer su presencia y feedback. Un proyecto que creció de la nada fue apoyado por varios que siempre estuvieron al pie del cañón, contra toda creencia de que le hablábamos a la pared(creencia estúpida de gente con esa condición de opinólogo).
Mención aparte para mi compadre Roberto. Una amistad que fue capricho del destino, que se mantiene gracias a los gustos en común y a un amigo conocido como Jack Daniels. Ambos programas fueron testigos de una química inusual, el echar desmadre contigo detrás del micrófono fue la clave para llevar un par de programas así de chingones en las alforjas. El éxito, mucho o poco, fue compartido. Un auténtico y chingado placer compartir ese espacio radiofónico.
A todos ellos y los que faltaron gracias, nada habría sido igual sin su apoyo y su dedicación a esto. Ya habrá tiempo de retomar en circunstancias más venturosas.
Hasta luego, "Caótico".