Caso aparte y sin comparar con los arriba mencionados, es el del caballero que hoy se despide como por novena ocasión del Tri. Ese ídolo de masas denominado Cuauhtémoc Blanco Bravo, creador de la Cuauhtemiña y prócer del festejo burlón en todas sus facetas. No ganó todos y cada uno de los torneos en que participó, tuvo un paso fugaz por la Liga de España, pero sin duda, tenía una capacidad especial para convertirse en salvador de un equipo poco afortunado. Con la elástica del América era odiado, un madarfacka, un "pinche naco", "un jorobado asqueroso" para los que no alientan al referido club. Cosa aparte cuando jugaba con el Tri, pues de enemigo público número 2 -el número uno siempre será Salinas- pasaba a ser el héroe de la película, el chulo, "Mi Cuau" como lo llamara Javier Aguirre. Cuauhtémoc podía ser insoportable para todos, pero con la Selección era diferente. Los amigos del norte le dirían el "go-to guy", el que resolvía las situaciones más difíciles, el que se echaba el equipo al hombro. Este video, del 10 de octubre de 2009, no deja lugar a dudas de como cambiaba el sentir hacia el "Temo" cuando vestía de verde.
Yo vi jugar al Cuau, lo vi hacer dos Cuauhtemiñas en pleno Mundial contra Corea del Sur. Lo vi anotar un gol imposible contra Bélgica. Igualmente lo pude observar coronándose en una Copa Confederaciones mientras bailaba un jarabe tapatío. Vi como le tronaron la rodilla en plena eliminatoria, cortesía de un carnicero de Trinidad y Tobago. Casi un año después, me fui de mojado a Jamaica para verlo levantar al equipo del "Vasco" Aguirre en la primer eliminatoria -de varias- en que no merecíamos pasar al mundial. Grité a más no poder su gol a Croacia y el pase como con la mano a Borgetti , y después vi como era cepillado por Ricardo La Volpe del que habría sido su tercer mundial consecutivo, argumentando el che entrenador que "no encajaba en su sistema". Después de llegar en vivo a un entrenamiento -dicen- le hicieron un homenaje (de cuatro minutos) en Chiapas, y desparramando lonja se iba en hombros jurando no volver.
Todavía no Cuau, te faltaba un rato para el adiós. |
Un año después, la banda le pidió regresar con Aguirre. Lo vi rompiéndose la mother contra Estados Unidos, anotando a hondureños y salvadoreños para sellar el pase a Sudáfrica. También pude ver, emocionado, el momento en que marcó el segundo contra Francia en el Mundial, que casi ocasiona que me fuera al Ángel. Lo vi despedirse de la tierra de Mandela con una derrota ante Argentina, pero eso si, recordándole la mamá a Martín Palermo. Lo he visto jugar en la Liga de Ascenso y me dicen que hasta de actor de novelas -les diría en cuál, pero no veo ninguna desde hace muchos años-, y hoy, espero, haya sido el adiós a la camiseta nacional, esa que permitía se convirtiera en héroe de todos, cuando para la mayoría era un villano.
Hasta siempre Cuau, gracias por esa alegría al jugar, por esos goles en momentos clave. Por levantarte con la rodilla hecha caca y llevarnos a Corea. Algún dia le diré a mis hijos que tuve el honor de verte jugar, de entrevistarte, de verte en una cancha. Sobre todo, nunca olvidaré aquel 2 de septiembre en Kingston, el día que tu leyenda se hizo inalcanzable. En palabras de Javier Aguirre y dejando el recuerdo de aquel juego en Jamaica, cerramos este post.
"Blanco es gente que tiene ese duende, ese don que le agrada al mexicano, y que pase lo que pase y haga lo que haga, ese es mi 'Cuau'. Aunque sea un pedote y aunque sea lo que sea, ese es nuestro 'Cuau'". Nada que agregar.