Aquí los implicados |
¿Qué tuvieron en común el Chelsea – Arsenal, el Clásico
Tapatío y el Real Madrid – Barcelona? No hablamos del comportamiento de los
neandertales disfrazados de aficionados de Guadalajara –que habría hecho
sonrojar a los hooligans ingleses-, o del gran nivel futbolístico que mostraran
tanto merengues como blaugranas. El común denominador de estos tres importantes
partidos tuvo que ver con la transmisión, llevada por Andrés Vaca y Raoul (?) Ortiz,
mejor conocido como “El Pollo”.
En aras de buscar atraer audiencias más jóvenes (porque como
sabemos, el “Dios Rating” manda), en Televisa decidieron darle gas en año
mundialista a su plantilla de cronistas, debido en gran medida al hartazgo del
público por escuchar las voces de siempre. Una decisión arriesgada, pues han
decidido “copiar” a sus rivales la forma de transmitir los encuentros, dejando
de lado a cronistas consagrados como Paco Villa o Eduardo Luna. De Enrique
“Perro” Bermúdez ni hablamos, al cual enviaron a Univisión con sus amigos “los
gabardinos” –gentilicio que sigo sin comprender- para competir con Telemundo en
el Mundial de Brasil.
El problema radica en que la solución que encontraron en
Chapultepec no está funcionando, ya que tanto en la medición de audiencias como
en el gusto de la gente, los chavos no acaban de pegar. Los números indican una
clara tendencia ganadora para TV Azteca, y el medidor en que se han convertido
las redes sociales los deja parados como a Bambi caminando sobre hielo. Vaya,
ni la presencia de San Cuauhtémoc Blanco – patrono de Tepito y barrios
aledaños- logra que los ratings aumenten, sino que se muestran como un intento
desesperado por recuperar adeptos.
Cabe aclarar que no es nada personal con ninguno de ellos –
de hecho, Ortiz no me parece tan malo-, pero creo que la sobreexposición de sus
virtudes narrativas va a hartar muy pronto al público, y en Televisa tienen otras
herramientas que pueden explotar sin necesidad de copiar fórmulas de otros
lugares, que a decir verdad, tampoco son maravillosas.
Entre sábado y domingo, escuchar por seis horas a estos dos
personajes gritando hasta por un saque de banda resultaba desquiciante. Carecen
de conceptos tan elementales como modulación de la voz y métrica, que
sustituyen por una emoción que a todas luces se nota falsa. Además, sonidos
como el “woop” utilizado por el señor Vaca son copiados de Estados Unidos y
Sudamérica, acrecentando la falta de identidad en su narración. Vaya, es una
mezcla de estilos que no viene al caso y nos deja la sensación de estar viendo
un partido de primer mundo con narración digna de rancho.
La frase de la semana
“El equipo juega igual conmigo que sinmigo”. Francisco
“Murci” Rojas, exjugador chileno galardonado por la RAE por su manejo del
lenguaje.