Allá nos vemos, crack |
Para la hinchada azulcrema siempre dividió opiniones. Amado
por sus goles, odiado cuando fallaba penales. Vituperado por situaciones tan
intrascendentes como su color de piel o sus deseos de ganar más dinero para su
familia. Criticado por sus desplantes dentro de la cancha, pero alabado por su
potencia y su olfato goleador. Así era Christian Benítez, “Chucho” para sus
amigos y sus fans. Un tipo que causaba polémica, que generaba odio en las
aficiones rivales del equipo más importante de este país.
Los que tuvimos el privilegio de verlo en acción tenemos una
especie de hueco en el pecho. No se puede creer que la decisión que tomara para
beneficiar económicamente a su familia finalmente fuera una de las causas de su
muerte. “No te vayas”, le pedía la gente del club al que apenas hace dos meses
hizo campeón, pero ese deseo de asegurar el futuro de su familia pudo más que
cualquier súplica. El idioma, barrera infranqueable en un país como Qatar,
acabó siendo una de las causas por las cuales no fue atendido a tiempo.
Hoy, Christian Rogelio Benítez Betancourt deja un recuerdo
en los aficionados de El Nacional, club ecuatoriano en que saltara a la fama,
en los de Santos y América, donde se cansó de hacer goles, y para la gente del
Birmingham, que ya ha anunciado un homenaje para el “Chucho”. Deja al Ecuador
cerca de calificar a un nuevo mundial con cuatro partidos por disputar, pero
deja un dolor indescriptible en su país, en sus familiares, en su esposa y sus cuatro
hijos. Se adelanta en el camino como Antonio De Nigris, Marc-Vivien Foe, Miklos
Feher y Antonio Puerta. Se adelanta el crack, pero nace la leyenda.
Descanse en Paz, Christian Benítez.
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