miércoles, 25 de noviembre de 2015

Mitad del tercer piso

Enough said...

No, definitivamente no nos estamos haciendo más jóvenes. Mantener el peso es una tarea titánica, y el irte a beber entre semana te provoca una cruda que parece hubieras bebido de "la cuba más grande del mundo" (en yarda certificada por récord Guiness, papilord). Cada vez se nos va más gente del estadio, las canas siguen apoderándose de la barba, y cualquier dolor corporal debe ser tomado en serio, para no generar broncas posteriores.

Pero a diferencia de años anteriores, ninguna de estas cosas me llega tanto. Me río, me burlo, me congratulo de todo lo que he vivido, de todo lo que hemos pasado. Este no fue un año sencillo, pero contó con muchas luces cuando más obscuro se veía todo. Ya no me enojo (tantísimo), ya escojo mejor mis batallas, y aprendí a perdonarme a mí y a los que me rodean.

Hubo viajes, hubo risas, hubo llanto y desesperación. Hubo gritos de alegría y sonrisas de oreja a oreja. Nada de lo que pasó tiene desperdicio, pues de todo aprendí y de todos los que se cruzaron. También agradezco a todos aquellos que no quisieron mezclarse...por algo fue.

A todos los que contribuyeron, a los que me aguantaron, a los y las que se sumaron, a los que hacen que este lugar valga la pena...a los que se adelantaron en el camino y a los que volveremos a ver en circunstancias más venturosas...a todos, gracias.

Como es costumbre, desde hace unos años, aquí va la rola que se ha de convertir en himno. Ya lo es, pero ha de tomar un nuevo significado para mi.






No hay comentarios:

Publicar un comentario