lunes, 16 de julio de 2012

Del Olvido Al No Me Acuerdo



Normalmente en este espacio hemos apelado a la nostalgia, a recordar cosas que ya no están y a lo mejor nos hacen falta(con "nos" me refiero a este, su charro negro que les escribe y su inconsciencia). Hoy, después de unos días sin Internet -los cuales ayudaron a maquinar mejor este tema- he llegado a ciertas conclusiones de cosas que NO extraño, NO me hacen falta, y en muchos casos, son asuntos que NO pienso volver a vivir.

No extraño por ejemplo, pelear hasta altas horas de la madrugada por teléfono con la novia en cuestión por temas totalmente intrascendentes. No extraño cambiar al mundo de opinión, he entendido que todo mundo tiene derecho a pensar distinto...aunque hay algunos que de plano ni idea tienen de que les pasa por la mente. No extraño salir viernes y sábados, trato de aprovechar mejor el tiempo en esos días y si me he de quedar en casa, disfruto mucho dormir más tiempo. Igualmente, algo que no extraño es tener que soportar a personas que solo hicieron daño, que nunca aprendieron el valor de una amistad y prefirieron señalar mis culpas cuando todo era compartido.

No extraño por ejemplo, dar explicaciones sobre mis actos. No extraño tener que reportar a alguien mis actividades laborales y que se la pasen mentándome la madre por una llamada mal hecha. No extraño tener que aguantar a los inoportunos de siempre, ni tener que recordarle a las personas que más allá de la amistad, primero estaba el trabajo. No extraño la responsabilidad de un área, porque ahora estoy entrenando más fuerte que nunca para ser responsable de toda una empresa. No extraño esperar la hora de la comida para convertirla en la "hora del empleado". Mucho menos extraño pelearme por un equipo de futbol, de americano, de beisbol, o por el equipo en el que jugaba. Me he domesticado y la verdad, me gusta. No extraño tratar mal a la gente. Se me dio mucho tiempo y hoy entiendo que no es por ahí. No extraño los medios de comunicación, es más, trato de no verlos ni escucharlos.

No extraño(o al menos trato de no hacerlo) a los que se adelantaron en el camino. Prefiero tratar de vivir con los ejemplos que me dieron. No extraño mis berrinches, y mucho menos extraño a aquel que buscaba sobresalir a costa de los demás. No, a el(o sea yo) es al que menos extraño.

Quizá tenía que haberlo dicho de otra forma, pero no se me ocurren más cosas que NO extrañe. Puede ser porque en realidad nunca fueron tan importantes.

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