Creo que pocas veces en mi vida he dado tanto las gracias. Al parecer todo era obligación del resto, era un privilegio para ellos que YO los dejara entrar en mi vida. Estúpida y sensual idea que tenía de mi mismo, aunque afortunadamente he comprendido mi error.
Ya entrado el día domingo -y yo algo entrado en perlas negras- agradecía via Facebook. A lo mejor me pasé de payaso (bueno, la verdad si me excedí un poco) pero en resumidas cuentas es verdad. No puedo estar inconforme por la gente que ha llegado a mi vida. El sábado, después de comer una nutritiva torta de chilaquiles, la banda que me acompañó se dedicó a echar buen desmadre. A su modo, me hicieron sentir su afecto. Mención especial para mi hermana, mi cuñado y mi sobrina, que dieron un toque distinto a la celebración.
Aunque suene repetitivo, gracias a todos los que pudieron asistir. Significa mucho para mi que estuvieran conmigo. Si así inició mi andar en la edad de Yisus, no me imagino como estará el pasar a los 34...si llegamos.
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