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Ahí me ven, pegando un grito de orgullo y a la vez de cansacio. |
Pues si, esto de correr debía seguirse haciendo, no por manda o algo parecido, pero el probarme a mi mismo (no literalmente, obvio) es algo que había olvidado por un tiempo, dando por sentadas muchas cosas. Fue un momento que preparé desde que inició el año, y que de cierta manera, planeamos de forma distinta.
Para "obligarme" a entrenar, tomando en cuenta que muchas ocasiones el año pasado no lo hacía porque levantarse MUY temprano daba oeva, decidí tomar otro acercamiento a la carrera: subir la distancia entre 4 y 5 kilómetros mes con mes, para llegar al momento final bien preparado. Con esto, antes del 21 de junio, corrí las siguientes carreras:
1a Carrera: Adidas 6k split: La carrera se llevó a cabo en el circuito conocido como "El Sope". Fue el 21 de febrero, y la acabamos en 37 minutos. Para ser la primera del año, no estuvo mal, y siendo sincero, sirvió para ponerlo como pauta para mejorar los tiempos.
2a Carrera: Enegizer Night Race (10k): Fue casi el mismo trayecto, agregando algunos kilómetros pasando por el Lago de Chapultepec. Esta carrera fue la primera que corrí con mi hermana, aunque ella corrió 5 y no pudimos estar mucho rato juntos por la pinche subida. Un mes después de la carrera de Adidas nos reventamos esta. Si hubiera seguido con el ritmo del 6k, tendría que haber acabado en una hora, diez minutos...le bajamos nueve minutos al tiempo estimado. Tiempo: 1 hora, 1 minuto.
3a Carrera: Tune Up Banorte (16k): La penúltima de este semestre, celebrada el 24 de mayo. La verdad fue un muy buen circuito, en Reforma. Había que darle dos vueltas, pero salvo un pequeño setback en el camino -una nada inteligente chava con su bicicleta cruzando cuando veníamos al menos 30 corredores-, lo demás estuvo muy bien armado. Perfectos los abastecimientos, nos dieron playera de finisher -primera vez que eso me sucede-, y al final, lo que buscaba con el tiempo se logró. Tiempo: 1:38:00.
Medio Maratón del día del padre. La idea era simple y llanamente mejorar mi tiempo de noviembre. Con un mejor plan de carrera armado, sin lesiones, sin contracturas, era momento de pegarle al camino. ¿La ruta? Periférico desde el Hotel Radisson hasta Cuemanco y de regreso, finalizando en el Bosque de Tlalpan (bueno, unos metros antes).
El plan era sencillo: correr continuamente todo lo que se pudiera, y una vez que me sintiera cansado, empezar con intervalos (correr dos minutos, trotar uno) y en las estaciones de agua/gueitorei tomar agua caminando y a darle de nuevo.
Aguantamos perfecto hasta el kilómetro 14, pasando el Tec de Monterrey de regreso. Ahí, empezamos con los intervalos, sobre todo porque el resto era casi todo de subida. Después, en el kilómetro 15 un poco de agua, reposo y a darle. 16, 17, 17.5 con Gatorade. Me empezaron a llegar mensajes de mi hermana, que ya me esperaba en los últimos metros. Del 18 al 20 trotaba y caminaba, la verdad ya estaba un poco cansado. Me llegó un mensaje de mi madre, combustible suficiente para chingarle lo que faltaba. Ya estábamos en Perisur, con el sudor escurriendo y una especie de tirón en la pierna izquierda, que no me iba a detener. Dimos la vuelta en Zacatepetl, y de ahi ya faltaban prácticamente 200 metros.
Elegantemente ataviada con un gorro del América y unas manitas aplaudidoras propiedad de My Nigga, vi a mi hermana. Le di mi llave de la troca y seguí adelante, siendo sincero, con los ojos llenos de agua. Después de pasar por el túnel de Periférico y justo enfrente de la iglesia, en esa bajada alcancé a ver la meta. Vi el cronómetro, bastante favorable para mi causa, lo cual ocasionó que le metiera más velocidad. Empecé con el ritual de agradecimiento cuando entré a las "gradas" montadas para la ocasión, que consiste en llevar los dedos índices a mi boca, besarlos y hacer una ofrenda al cielo. Después, abrir las manos como en señal de "¿Qué, eso es todo?" Finalmente, un grito sale de mi ronco y cansado pecho, pero es la señal de que por fin llegué y cumplí el cometido. Ese me lo reservo, pero algo del grito se puede ver en la foto. La enjundia, los días desvelado por entrenar finalmente valen la pena. Tiempo final: 2 horas 15 minutos. Le bajamos 12 al de Acapulco, tal vez por el factor humedad que aqui de plano no existió.
Curiosamente, y es algo que platiqué con alguien, en el playlist acostumbrado ahora utilizamos la modalidad del shuffle, Con algunas adiciones como "The Pretender"de Foo Fighters -que he de decir, me levantó en el momento en que la escuché- y teniendo culturales detalles como iniciar con "Como Me Duele" de El Gallo de Oro, el momento final tuvo una enorme coincidencia, y tal vez tiene que ver con la gente que estuvo conmigo durante el entrenamiento y justo en la carrera. Nuevamente, como en noviembre, "Stand By Me" de Oasis sonaba en mis audífonos al cruzar la meta.
No sé aún si en algún momento de la vida me aviente el maratón completo, pero al menos este año, volveré a correr otro medio, como no, para celebrar mi cumpleaños en noviembre. No se si será Star Wars, si habrá retorno a Acapulco, o encontraremos alguna nueva opción, pero de que nos volveremos a preparar para ello, no cabe duda.
Sirva este relato como un agradecimiento a todos aquellos que siempre estuvieron detrás de esto. A mis padres, mi hermana, mis chuladas de sobrinos...a mis amigos, por entender que si no salía, era por otro reto personal. La frase de este semestre, misma que adorna mi Instagram, es con la que cierro este blog.
"Any idiot can run. But it takes a special kind of idiot to run a half marathon". Y si, soy doblemente idiota, pero doblemente feliz.